lunes, 3 de marzo de 2014

Dicen


Dicen... que el mal de amores se cura bajándote en cualquier fiesta los calzones, probando de todo tipo de piel… sabores, bailando el ritmo que se te ocurra más allá de las cinco de la mañana, haciendo todo lo que se te venga en gana.

Dicen... que el infierno se apaga cuando tu sonrisa no va con dedicatoria, cuando puedes encontrar felicidad en alguien más, cuando puedes correrte sin repetir el mismo nombre en tu mente, cuando te dan lo mismo los viajes al este o al oeste, porque quieres beberte, bailarte y cogerte al defe.

Dicen... que al corazón roto lo cura el mezcal, el de sabores, el que sirven con jamaica o al que sólo lo acompañan rodajas de naranja; porque si el corazón esta quebraó hay que vaciarlo de llanto para poder arreglarlo.

Dicen... que hay que dar tiempo al tiempo, que hay que ver más rostros y probar nuevos labios… que después de todo eso: voy a terminar riendo… porque descubriré que lo nuestro era amor pasajero.

Dicen... los que no te extrañan de madrugada, los que no se fundieron contigo en la cama, los que no besaron tu boca sobria, tu boca borracha, los que no sienten que en cada recuerdo se les desgarra el alma... dicen todos ellos, que al final todo va estar bien.

Dicen…

Al cielo y de regreso

Si tomo tu mano... aseguro que será la izquierda, 
es más fácil guiarte controlando tu lado frágil.


Daremos pasos grandes hasta cansarte,
la taquicardia producto de tu tabaquismo me permitiría abrazarte,
no te alejes…
prometo no asfixiarte.


Cuando retomes el aliento,
andaremos hasta Marte.


En el espacio tomare tu mano derecha
y la acogeré con fuerza. 
Disfrutaremos la brisa que provocan las estelas de las estrellas,
dormirás sobre un cometa….
te observare, te acariciare… sin despertarte.


Y respirare tus sueños al tiempo que te doy un beso.

Cuando te aburra Morfeo, 

abandonaremos las estrellas y regresaremos a la Tierra
Donde llevarte lejos…
es sólo mi deseo.

Casi 10 años... después


You and I should get away for awhile…
                                                                             I just want to be alone with your smile.

Casi 10 años después, recibí su regalo.

Lo escondió en un hermoso libro; uno que leía en aquellos días, en los que juntos fumábamos cigarros sentados en la banqueta, observando a los amigos hacer acrobacias en patinetas.
Un pequeño papel en la página 22, con mi nombre, ese con el que él me identificaba; una frase que casi 10 años después me erizó la piel.

(El papel se encontraba en una bolsa que guardo su olor, para mi olfato… inolvidable.)

Esta tarde de Domingo, sentada en la banqueta, volví a leer aquel libro… por un momento me permití recordar esos días en los que el encendía un cigarro, mientras yo leía aquellos textos y  pasaba esas hojas.

Casi 10 años después... me gustaría poder decirle que en aquel entonces yo también sonreía al encontrarme en su mirada, y sí, también soñaba con que nunca terminará.

Seguí leyendo, hasta que la ausencia de luz lo impidió.
Guarde la bolsa que tanto se esmero en proteger su aroma y fume un cigarro en compañía de la luna.

Fue un buen domingo, casi 10 años después.

-¿El libro?
- Cuentos, de Hans Christian Andersen.