Que te extraño un poco, me atrevería a decir.
Esta noche de miércoles, de clima perfecto y ruido
citadino, me invita a pensarte, a imaginarte ahí… tendido sobre la cama
hablando de música, festivales y el pasado que te dejo marcado, mientras
termino un par de páginas que debo entregar antes de las 12 aeme.
En días como este, olvido que sólo fuimos un par de
extraños, desnudos, compartiendo borrachera con ganas de sentir un poco, con
ganas de olvidar que estamos muy solos.
Y mientras Simon and Garfunkel me
recuerdan que soy una piedra y que estas no sufren, mientras los autos llenan
la avenida a las once peme, mientras las estrellas se esfuerzan por asomarse a
pesar de la contaminación, mientras el pie derecho se congela por la corriente
que deja entrar la ventana… recuerdo que no somos amigos, que no
vamos a encontrarnos pronto y que si no canto con fuerza el coro de esa canción
corro el riesgo de olvidar que:
…a rock feels no pain and
an island never cries.