martes, 21 de enero de 2014

Empieza a ahorrar


Si lo prefieres podrías ahórrate los disgustos, podrías ahorrarme tanta excursión a bares, restaurantes y camas de aquellos que no son tú, y pedirme de frente… de verdad, que compartamos el tiempo, la cama, los sueños.

Puedes llegar a confesarme que tu boca es más boca cuando nos mordemos, cuando nos besamos y pasamos horas hablando; que aprenderás a convivir con mis manías y yo seguiré riendo con tu histérica forma de ver la vida… que llegada la noche (la tarde o la mañana) podemos desabrocharnos hasta el alma.

Que por querer podemos intentar convivir por semanas en la misma recamara, donde brindaremos mientras añadimos horas a la noche, donde disfrutaremos (juntos) el pasar de los días y que poco importará el mundo: si tus ojos, si mis ojos… son suficientes el uno para el otro.

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