Dejar de escribir, porque ya se corta el aire.
Porque
seguir abrazando recuerdos y
algunos sueños que se desvanecen con el tiempo, ya no es sano. Abrazar la nada
duele en el pecho, desinfla los pulmones e inunda los ojos.
Falta el aire.
Retomar las letras con ejercicios de respiración.
Inhalar y exhalar.
Grandes bocanadas de aire, que inflen el estomago… soltar
con fuerza y ver como la panza regresa al tamaño regular, mientras las lagrimas
escurren las mejillas y me repito con cada 1….2… que las cosas se van a quedar
así. Ya no le voy a mover, ya no voy a recordar, ya no voy a
seguir esperando que una de esas ventoleras de otoño te traigan de regreso,
sólo porque a mi me da la gana mantener un recuerdo, que lleva varios años
muerto.
Falta el aire.
Inhalar y exhalar, hasta que en una de esas descubras que ya
no te acuerdas y cuando la panza regresa a su estado habitual, te da la gana
comenzar... una vez más.
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