domingo, 23 de octubre de 2011

El cambio

El reloj no hace más que recordarme minuto a minuto que ha llegado el tiempo de terminar la maleta, esa que va llena de ropa, recuerdos, sueños, planes y algunos miedos. 
Una semana, tal vez menos, solo 5 días para poner en orden el papeleo y contarle a unos cuantos que se avecina la mudanza, que cierro un ciclo y regreso al principio, el anhelado comienzo que por meses estuve buscando y ahora se hace realidad.
Me despido de esta ciudad mientras recorro el camino, el mismo de siempre por casi más de 8 años, el lugar donde conocí mis limites divirtiéndome con los excesos, donde disfrute el amor hasta cuando causo dolor; el mismo en el que descubrí mi vocación y me supe capaz de hacer un mundo, pero lo más importante el sitio donde conocí amistades infinitas, que me extendieron sus brazos que resultaron ser más largos de lo imaginado, donde pude refugiarme, siempre, en un abrazo.
En este momento el corazón tiene un latido acelerado, que ustedes no podrán comprender, porque el ordenador les impide conocer esta emoción; jamás podrán notar de que manera me tiemblan las manos…
Me voy a dormir, antes de comenzar el cambio.

2 comentarios:

El escupidor de palabras dijo...

Y los brazos largos y tu refugio y tus abrazos y las amistades infinitas siguen y seguirán... es solo el cambio de velocidad para poder volar :)

La navegante esquizo dijo...

:D es el tiempo de generar cambios, sabiendo que aún lejos, me siguen acompañando sus brazos.