and my heart is here right after me…
Sentir, sentir mucho y sentirlo todo. Saber
que sólo serán unas horas, porque esta no es una historia y por lo tanto no hay
principio y mucho menos final, son las circunstancias que me llevan hoy a
mandarte un mensaje y a ti, a contestarme.
Estoy en la búsqueda de algunas horas fuera
de la rutina sabatina, lejos de los amigos y la fiesta. Ando buscando cariño
por un rato, con las ganas escondidas de que esta vez dure unos años.
Son las circunstancias las que me dejan hoy a
las 12 de la noche frente a tu puerta, esperando que nadie me vea, apagando el
celular después de escribirte:
- Me abres. Ya estoy aquí, afuera-
Son las mismas circunstancias las que te
llevan hasta la puerta, a sonreír y besarme casienloslabios-casienlamejilla e
invitarme a pasar con un gesto tierno, borrando de mi rostro toda señal de incertidumbre.
Hablas de tu día, hablas de tu vida, y yo
escucho tus relatos, río, me emociono; por un momento nos tenemos tanta confianza
que ya estamos compartiendo sueños en el sillón, ideando estrategias para
conseguirlos.
La música nos envuelve y nos regresa unos 10
años atrás, nos da por recordar y contar sobre nuestra adolescencia, las
aventuras, los descubrimientos, las drogas y la nueva era… terminamos fumando
un porro, uno grande, con ganas de reír mucho y hacer tonterías. Subes el
volumen, brincamos, cantamos… nos besamos y ante eso no pude más que besarte de
nuevo, besarte los labios, besarte el cuello, los codos, la espalda, las
rodillas.
Las circunstancias te llevaron a quitarme la
blusa, a besarme, a besarme, a morderme, a besarme; a mí
las circunstancias me hicieron quitarme los pantalones y quitarte los tuyos y
bailar hasta la recamara, donde no pudimos más que seguirnos besando y
seguirnos acariciando, con rudeza, con suavidad, con deseo, con cariño… unos
minutos después me aferre a tu espalda
para no irme, hasta quedar los dos tendidos ahí, sintiendo los latidos acelerados
del corazón, sintiendo que será imposible controlar la respiración, sintiendo
que sobran los abrazos, sintiendo que aun podríamos besarnos.
Unos minutos más tarde nos vestimos y
seguimos hablando, sin conexión, sin emoción. Prendo un cigarro, enciendo el
celular y me despido con un beso en la mejilla.
-Que sueñes bonito
-Igualmente
Cierras la puerta, y yo y las circunstancias caminamos rumbo a no
sé donde, soltando la esperanza de que esto se repita cualquier otra noche.
1 comentario:
:)
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