Tarde de sábado para ver pelis.
Tarde nublada para
permanecer en cama, para descubrir que a ratos duermes porque al parecer el
filme es muy lento (para tu gusto al menos).
Tarde de sábado para descubrir que disfruto mucho el que
estés aquí, para escuchar discursos renovados que prometen felicidad para los
próximos meses, mientras narras lo mucho que extrañas mis ojos (cafés) y poner música (cualquiera) para verme bailar.
Películas recomendadas por estrellas doradas, de las que
nunca vemos el final porque decidimos descubrir si seguimos funcionando como
una (sola) maquina, buscando sincronizar a un acelerado ritmo nuestra
respiración... hasta caer dormidos (rendidos de tanto cariño).
Tarde de sábado,
la primera del año.
A mi me parece
maravilloso que sea invierno, que el aire helado recorra la recamara erizando
mi piel y enfriando tu nariz.
Te marchas mañana y yo bajo la sábana cruzo los dedos (con todas mis fuerzas) para
que esta vez... no te vayas.
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