Bailar hasta las 6 am, bailar
mientras las luces prenden y apagan, mientras el dj hace con tu cerebro (o lo que
queda de el) lo que le da la gana, mientras te ausentas de toda realidad,
mientras le sonríes al de al lado y bebes de tu vaso un trago.
Bailar hasta las 6 am,
para sufrir al rato, porque te dolerán las pantorrillas, se te
hincharan los pies y recordaras la parte interior de tus muslos; porque ya no
tienes 19, y no es posible despertar como sin nada, como nueva, la tarde del
domingo después de tanta fiesta.
Bailar hasta las 6 am,
sintiendo que te brinca el corazón, que las paletas después de las 3 am saben
siempre mejor y que a pesar de una semana de la chingada, y de una vida
alejada de todos tus sueños, aun te queda esto… bailar, bailar hasta las 6 de
la mañana, hasta las 10 o hasta que te de la gana.
Porque ríes mientras bailas, porque dan lo mismo los viajes al este y al oeste que no
has realizado, porque no importa que el de la sonrisa tímida no quiera estar
contigo, porque te olvidas que tu trabajo es una mierda, que las sábanas
siempre están frías y no hay a quien ponerle los pies encima, porque no importa que en
el banco sólo queden 200 pesos para soportar la semana… porque nada de eso importa mientras bailas.
Porque al final la música hace lo suyo y tu eres feliz, cuando bailas.
Porque al final la música hace lo suyo y tu eres feliz, cuando bailas.
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