Tú, el demente de barba casi inexistente y voz rasposa, tú fuiste la locura que revoluciono mis creencias, cimentando casi todo lo que defiendo hoy. El demente, de olor a tabaco, mariguana y loción, aquel que tuvo miedo de robarme un beso mientras mis labios esperaban a los suyos con ansiedad adolescente.
De 20 años con sueños de revolución a base de música y otras artes. De pensamiento anarquista; baterista, pintor, lector y algunas veces poeta. De pantalones tumbados, playera y tenis sin calcetas.
El demente,
y es que parecías un loco montando en aquella vieja patineta, saltando
escaleras y banquetas, cantando y moviendo
los brazos al ritmo del punk que sonaba desde la grabadora que poníamos en la
plaza.
Recuerdo tus
manos en mi cintura y se me estremece el cuerpo, más de 10 años han pasado pero
aún me humedezco al recordar tus besos y aun sonrío cuando te pienso. A veces
leo tus cartas y escucho los casetes que me regalaste, a veces lo hago para
disfrutar, como en aquellos tiempos.
Fueron pocos
meses de compartirnos y fueron años de mantenernos por medio del teléfono, hablábamos, me
hablabas, me hablaste por casi 8 años, sin fallar una sola semana, en este y en
el otro continente siempre conté con tu voz y muchas veces me amarre a tus
sueños, para volar un poco con ellos.
El demente,
el hombre al que besaba cuando los besos
tenían significados tiernos, aquel que murió de rabia cuando perforé mi lengua,
pero me abrazo de emoción con cada tatuaje que conoció.En junio cumples años, demente de mi corazón.
Casi 10
años han pasado y hay días en lo que aun te extraño, y me duele saber que hemos
cambiado tanto, que preferimos no buscarnos, para no destrozar el recuerdo que durante
tanto tiempo armamos.
El demente
te llamaba en mis silencios, fuiste el hombre perfecto a mis 16 y eres un
mágico recuerdo a mis 26.
We were
only a punk rock song, fuck, they were always very short...
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