miércoles, 30 de mayo de 2012

Al final... el mar

Me abrazas y entre la calidez de tus brazos y el arrullo de los ruidos de tu estómago, me da por imaginar que mañana nada será igual, porque amaneceremos en otro lugar, entre cajas y un nuevo panorama.

En las noches me da por creer que un día de estos al abrir los ojos, estaremos cumpliendo nuestros sueños y del otro lado de la ventana estará el mar y nosotros seremos tranquilidad y pura felicidad.

-Y al final el mar…,  repito mientras te pongo la pierna encima.

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