Entenderás que eres elemento importante en mi trinchera y podrás comprender que caigan de mis ojos un par de lágrimas cuando terminas de empacar tus cosas y amenazas con emprender un viaje, en el que no está incluida mi compañía.
-No te vayas, qhari; susurro desde la ventana, mientras sigues lo que parece ser tu nuevo camino, sin mirar atrás, sin encontrar tus ojos, llenos de ilusión, con los míos que reflejan la tristeza de mi corazón.
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